martes, 9 de septiembre de 2008


Amanece,
el sol se esconde entre las nubes.
-Calma, calma.
Los minutos se derraman
y caen pesados sobre unos ojos,
sus ojos.

Amanece...
un día vacío de luz.
¡Si supieran lo que vale la vida!
se entregarían miradas
en lugar de cosas.

-Vendo el sentido,
hoy a precio de oferta.
(Hay que vivir para creer)

Parece mentira que ayer fuese ayer;
el tiempo es extraño,
como si para cada momento
el transcurrir de minutos cambiase;
sesenta segundos...
lo que al principio parecía eterno
para unos ojos cansados no es más
que un fugaz relámpago,
la vida que corre
y se derrama entre los dedos
de una mano arrugada.

Ya se cuela por entre las puertas y ventanas
la luz amarillo pálido que anuncia el otoño,
mientras Tú,
que ya no sientes el dolor del cambio
contemplas en silencio el mundo,
le das sentido a todo,
incluso al tiempo
que a mi, que Te conozco
ya no me parece tan insoportable.

11 de Septiembre de 2007