En un vagón de tren,
en las calles de una ciudad perdida
mirando con ojos vacíos,
llenando el globo con el polvo de sus pasos
siendo en lugares,
en amaneceres y en ocasos
posándose en otros, en la circunstancia
derramando el tiempo y el espíritu.
Pintando lienzos de la vida,
a medio hacer, incompletos...
desnudos de esencia,
llenando las paredes de nada
¿es ese el ser humano?
un eterno turista que deviene,
que no acaba de ser nunca,
que se desvanece y vuelve,
un desconocido incluso de sí mismo,
sobretodo de sí mismo...
sábado, 8 de junio de 2013
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Parece mentira que ayer fuese ayer;
el tiempo es extraño,
como si para cada momento
el transcurrir de minutos cambiase;
sesenta segundos...
lo que al principio parecía eterno
para unos ojos cansados no es más
que un fugaz relámpago,
la vida que corre
y se derrama entre los dedos
de una mano arrugada.
Ya se cuela por entre las puertas y ventanas
la luz amarillo pálido que anuncia el otoño,
mientras Tú,
que ya no sientes el dolor del cambio
contemplas en silencio el mundo,
le das sentido a todo,
incluso al tiempo
que a mi, que Te conozco
ya no me parece tan insoportable.
11 de Septiembre de 2007
el tiempo es extraño,
como si para cada momento
el transcurrir de minutos cambiase;
sesenta segundos...
lo que al principio parecía eterno
para unos ojos cansados no es más
que un fugaz relámpago,
la vida que corre
y se derrama entre los dedos
de una mano arrugada.
Ya se cuela por entre las puertas y ventanas
la luz amarillo pálido que anuncia el otoño,
mientras Tú,
que ya no sientes el dolor del cambio
contemplas en silencio el mundo,
le das sentido a todo,
incluso al tiempo
que a mi, que Te conozco
ya no me parece tan insoportable.
11 de Septiembre de 2007