sábado, 2 de febrero de 2013

 

De haberlo sabido...

Habríamos llamado a todas las puertas,
desangrado todos los relojes,
perdido todos los trenes,

debimos haber dejado derramase las caricias
                                             y los besos
de haberlo sabido...
ahora no lametaríamos nada.


Tus ojos son cristales,
a través de ellos puedo verme,
como a la Idea,

es por eso que me cuesta
                                 mirarte
Parece mentira que ayer fuese ayer;
el tiempo es extraño,
como si para cada momento
el transcurrir de minutos cambiase;
sesenta segundos...
lo que al principio parecía eterno
para unos ojos cansados no es más
que un fugaz relámpago,
la vida que corre
y se derrama entre los dedos
de una mano arrugada.

Ya se cuela por entre las puertas y ventanas
la luz amarillo pálido que anuncia el otoño,
mientras Tú,
que ya no sientes el dolor del cambio
contemplas en silencio el mundo,
le das sentido a todo,
incluso al tiempo
que a mi, que Te conozco
ya no me parece tan insoportable.

11 de Septiembre de 2007