lunes, 19 de octubre de 2015

Tantas veces he dicho que no... De algunas me arrepiento. Muchas, con el tiempo, he aprendido a entenderlas. Caminar entre dudas y cavilaciones es la peor tortura que existe, la de la mente y el recuerdo. Imaginar un futuro frustrado por las palabras, los actos y la ausencia. Y si... 

Sin embargo, casi estoy segura de que no cambiaría nada. ¿Fue quizá aquella decisión la que me trajo aquí? Hace tanto tiempo de aquello... Qué es la libertad si no reconciliarse con lo pasado. Valientes los que llenos del barro y el polvo del camino, al ocaso conservan aún la esperanza.

A pesar de todo te hecho tanto de menos... Tal vez como las oscuras golondrinas de aquel poema de adolescencia, volverás a anidar cerca las risas y los silencios al murmullo de las olas.

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Parece mentira que ayer fuese ayer;
el tiempo es extraño,
como si para cada momento
el transcurrir de minutos cambiase;
sesenta segundos...
lo que al principio parecía eterno
para unos ojos cansados no es más
que un fugaz relámpago,
la vida que corre
y se derrama entre los dedos
de una mano arrugada.

Ya se cuela por entre las puertas y ventanas
la luz amarillo pálido que anuncia el otoño,
mientras Tú,
que ya no sientes el dolor del cambio
contemplas en silencio el mundo,
le das sentido a todo,
incluso al tiempo
que a mi, que Te conozco
ya no me parece tan insoportable.

11 de Septiembre de 2007