sábado, 24 de noviembre de 2007

Esperar es vivir,
desear lo inalcanzable.
Es morir en el absurdo
transcurrir de momentos
y seguir a pesar de todo
anhelando la luz.
¿Verdad? ¿Qué es la verdad?
yo no se contestar esa pregunta,
ni se donde buscarla en este mundo.
No se encuentra entre las calles,
no esta en las cosas,
ni pertenece a nadie.

Se que existe
por que la he visto
en el brillo de sus miradas,
en los sueños de los niños,
la he visto reir y llorar,
he escuchado su voz,
he sentido su calor,
su tacto entre mis dedos.
Y despues la he visto volar
lejos, muy lejos,
a abismos de mí.

Pero los días cambian
y se marchitan,
se entibia el alma
y se vuelve la vida
amarga como la hiel.

Cuando buscamos razones
donde la razón no habita.
Con el ánimo consumido
por un ansia irreprimible
de sentido.
Es cruel la tierra
que engendra hombres
para el sufrimiento.
¡Cuanta necedad!
¡Cuanta miseria!

¿Verdad? ¿Qué es verdad?
deja de preguntar al mundo
de buscar entre las sombras.
Alza la vista
y veras al luz.
Fuera solo hay sombras
caricaturas absurdas del Esse.

Haber errado el camino
puede ser solo el principio
de un amanecer glorioso.
El de tantas vidas
que comenzaron un día
a caminar a ciegas,
guiadas por una voz
que no es de este mundo
que en los más profundo del ser
se esconde del ruido,
de los días sin sentido,
de seres atormentados
por el peso de la culpa,
locos que solo buscan
asesinar sus conciencias,
huir de lo inevitable,
perderse en su miseria,
ser arrastrados al destino
inevitable, con la mirada perdida
y el alma muerta.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Está muy bien, bla, bla, bla..pero una cosilla. Nada...sólo un temilla...
¿Porqué no te revisas el texto antes de publicar? HAy algunos fallos. Pero eso sí.. siempre desde la objetividad. Sigue así. Estás haciendo un buen trabajo

Parece mentira que ayer fuese ayer;
el tiempo es extraño,
como si para cada momento
el transcurrir de minutos cambiase;
sesenta segundos...
lo que al principio parecía eterno
para unos ojos cansados no es más
que un fugaz relámpago,
la vida que corre
y se derrama entre los dedos
de una mano arrugada.

Ya se cuela por entre las puertas y ventanas
la luz amarillo pálido que anuncia el otoño,
mientras Tú,
que ya no sientes el dolor del cambio
contemplas en silencio el mundo,
le das sentido a todo,
incluso al tiempo
que a mi, que Te conozco
ya no me parece tan insoportable.

11 de Septiembre de 2007