sábado, 24 de noviembre de 2007

Se hace tarde,
el papel se acaba,
pasa el tiempo…
los coches siguen llenando
las calles de ruido.
No te he dicho nada aun,
sin embargo llevo pensando en ti
cada palabra que escribo,
todas ellas llevan tu nombre,
ese que yo desconozco,
que la vida y mis sueños
se empeñan en ocultarme.

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Parece mentira que ayer fuese ayer;
el tiempo es extraño,
como si para cada momento
el transcurrir de minutos cambiase;
sesenta segundos...
lo que al principio parecía eterno
para unos ojos cansados no es más
que un fugaz relámpago,
la vida que corre
y se derrama entre los dedos
de una mano arrugada.

Ya se cuela por entre las puertas y ventanas
la luz amarillo pálido que anuncia el otoño,
mientras Tú,
que ya no sientes el dolor del cambio
contemplas en silencio el mundo,
le das sentido a todo,
incluso al tiempo
que a mi, que Te conozco
ya no me parece tan insoportable.

11 de Septiembre de 2007